Se recomienda poner el microchip a los gatos por una serie de razones, incluso en el caso de que no salgan de la casa.

Principalmente, por circunstancias imprevisibles, como un error humano o la apertura accidental de una puerta, un gato puede escaparse de su casa. En estos casos, un chip permite identificar al gato, lo que facilita un rápido regreso con su dueño.

Además, el microchip proporciona una prueba tangible de propiedad. Además, ofrece a los dueños la tranquilidad de estar tomando medidas preventivas para garantizar el bienestar de su mascota. Es una pequeña intervención, pero que proporciona seguridad en caso de pérdida o en situaciones de emergencia.